Citas de Gabriel García Márquez

Citas de Gabriel García Márquez

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Citas de Gabriel García Márquez, fallecido recientemente el 17 de Abril de 2014:

A los demonios no hay que creerles ni cuando dicen la verdad.

Así somos, y nada podrá redimirnos, dijo. Un continente concebido por las heces del mundo entero sin un instante de amor: hijos de raptos, de violaciones, de tratos infames, de engaños, de enemigos con enemigos.

Creo que las mujeres sostienen el mundo en vilo, para que no se desbarate mientras los hombres tratan de empujar la historia. Al final, uno se pregunta cuál de las dos cosas será la menos sensata.

Descubrí que no soy disciplinado por virtud, sino como reacción contra mi negligencia; que parezco generoso por encubrir mi mezquindad, que me paso de prudente por mal pensado, que soy conciliador para no sucumbir a mis cóleras reprimidas, que sólo soy puntual para que no se sepa cuan poco me importa el tiempo ajeno. Descubrí, en fin, que el amor no es un estado del alma sino un signo del zodiaco. (Memoria de mis Putas Tristes)

El amor es tan importante como la comida. Pero no alimenta.

El amor se hace más grande y noble en la calamidad.

El deber revolucionario de un escritor es escribir bien.

Escribo porque quiero que me quieran.

Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches ruprestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y la jota y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde dice lágrima ni confundirá revolver con revólver. Y que de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una.

Discurso Botella al mar para el dios de las palabras

1997, discurso de apertura del Primer Congreso Internacional de la Lengua Española, en México

La incredulidad resiste más que la fe, porque se sustenta de los sentidos.

La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla.

Muere Gabriel García Márquez. El Mundo, 18 de abril de 2014.

Las ideas no son de nadie.

Me desconcierta tanto pensar que Dios existe, como que no existe.

No hay medicina que cure lo que cura la felicidad.

Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien la merezca no te hará llorar.

Nunca hablo de literatura, porque no sé lo que es, y además estoy convencido de que el mundo sería igual sin ella. En cambio, estoy convencido de que sería completamente distinto si no existiera la policía. Pienso, por tanto, que habría sido más útil a la humanidad si en vez de escritor fuera terrorista.

Texto tomado de Sara Facio, Alicia D’ Amico, Retratos y autorretratos, Buenos Aires, Crisis, 1973, páginas. 65-66.

Ofrecer amistad al que busca amor es dar pan al que se muere de sed.

Sólo porque alguien no te ame como tu quieres, no significa que no te ame con todo su ser [carece de fuentes]

Y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.

Yo vivo sólo para que me quieran más mis amigos.

Muere Gabriel García Márquez. El Mundo, 18 de abril de 2014.

«El deber de los escritores no es conservar el lenguaje sino abrirle camino en la historia. Los gramáticos revientan de ira con nuestros desatinos pero los del siglo siguiente los recogen como genialidades de la lengua. De modo que tranquilos todos: no hay pleito. Nos vemos en el tercer milenio».

Fuente: Discurso Botella al mar para el dios de las palabras.

«Simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros».

Fuente: Discurso Botella al mar para el dios de las palabras.

El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.

El mundo habrá acabado de joderse el día en que los hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga.

¡Los amigos son unos hijos de puta!

Había tenido que promover 32 guerras, y violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir con casi cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad.

Era lo último que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se consumaba, porque seguía aniquilándose indefinidamente, consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada minuto pero sin acabar de acabarse jamás.

Cuando estaba solo, José Arcadio Buendía se consolaba con el sueño de los cuartos infinitos. Soñaba que se levantaba de la cama, abría la puerta y pasaba a otro cuarto igual, con la misma cama de cabezar de hierro forjado, el mismo sillón de mimbre y el mismo cuadrito de la Virgen de los Remedios en la pared del fondo. De ese cuarto pasaba a otro exactamente igual, cuya puerta abría para pasar a otro exactamente igual, y luego a otro exactamente igual hasta el infinito. Le gustaba irse de cuarto en cuarto, como en una galería de espejos paralelos hasta que Prudencio Aguilar le tocaba el hombro. Entonces regresaba de cuarto en cuarto despertando hacia atrás.

Pero una noche, dos semanas después de que lo llevaron a la cama, Prudencio Aguilar le tocó el hombro en un cuarto intermedio, y él se quedó allí para siempre, creyendo que era el cuarto real.

No le dolieron las peladuras de cal en las paredes, ni los sucios algodones de telaraña en los rincones, ni el polvo de las begonias, ni las nervaduras del comején en las vigas, ni el musgo de los quicios, ni ninguna de las trampas insidiosas de la nostalgia.

-Nos volveremos ceniza en esta casa sin hombres, pero no le daremos a este pueblo miserable el gusto de vernos llorar. (Úrsula)

-Dice que se está muriendo por mí, como si yo fuera un cólico miserere. (Remedios, la bella)

Aureliano Segundo resolvió que había que llevarla a la casa y protegerla, pero su buen propósito fue frustrado por la inquebrantable intransigencia de Rebeca, que había necesitado muchos años de sufrimiendo y miseria para conquistar los privilegios de la soledad, y no estaba dispuesta a renunciar a ellos a cambio de una vejez perturbada por los falsos encantos de la misericordia.

Hicimos tantas guerras, y todo para que no nos pintaran la casa de azul.

Muriéndose de hambre, sobreviviendo a la rabia, pudriéndose de viejos en la exquisita mierda de la gloria.

– ¡Carajo!- gritó.

Amaranta, que empezaba a meter la ropa en el baúl, creyó que la había picado un alacrán.

– ¿Dónde está? – preguntó alarmada.

– ¿Qué?

– ¡El animal!

Úrsula se puso un dedo en el corazón.

– Aquí- dijo.

… escarbó tan profundamente en los sentimientos de ella, que buscando el interés encontró el amor, porque tratando de que ella lo quisiera terminó por quererla.

Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra.

El día que me sienta mal no me pongo en manos de nadie. Me boto yo mismo en el cajón de la basura. Esta frase es de El coronel no tiene quien le escriba.

El escritor escribe su libro para explicarse a sí mismo lo que no se puede explicar.

El periodismo es el mejor oficio del mundo

El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.

El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad. Cien años de soledad

En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.

Estaba demasiado oprimido por los estragos del tiempo para pensar en nadie.

…Es verdad -suspiró el Coronel-, la vida es la cosa mejor que se ha inventado…Esta frase es de El coronel no tiene quien le escriba.

Siempre he creído que lo más hermoso de la creación es una mujer hermosa

Hay un momento en que todos los obstáculos se derrumban, todos los conflictos se apartan, y a uno se le ocurren cosas que no había soñado, y entonces no hay en la vida nada mejor que escribir.

El matrimonio, como la vida entera, es algo terriblemente difícil que hay que volver a empezar desde el principio todos los días, y todos los días de nuestra vida. El esfuerzo es constante, e inclusive agotador muchas veces, pero vale la pena. Un personaje de alguna novela mía lo dice de un modo más crudo: También el amor se aprende

En realidad, el único momento de la vida en que me siento ser yo mismo es cuando estoy con mis amigos

El éxito no se lo deseo a nadie. Le sucede a uno lo que los alpinistas, que se matan por llegar a la cumbre y cuando llegan, ¿que hacen? Bajar, o tratar de bajar discretamente, con la mayor dignidad posible.

Equivocarse de destino es también un grave error político.

La primera mujer que me fascinó fue la maestra que me enseñó a leer a los cinco años. Pero aquello era distinto. La primera que me inquietó fue una muchacha que trabajaba en la casa. Una noche había música en la casa de al lado, y ella, con la mayor inocencia, me sacó a bailar en el patio. El contacto de su cuerpo con el mío, cuando yo tenía unos seis años, fue un cataclismo emocional del cual todavía no me he repuesto, porque nunca más lo volví a sentir con tanta intensidad, y sobre todo, con semejante sensación de desorden.

Neruda, lo he dicho otras veces, era una especie de rey Midas, todo lo que tocaba lo convertía en poesía

Yo diría que el machismo, tanto en los hombres como en las mujeres, no es más que la usurpación del derecho ajeno. Así de simple

Yo me considero el mejor amigo de mis amigos, y creo que ninguno de ellos me quiere tanto como yo quiero al amigo que quiero menos.

Hasta Dios se va de vacaciones en agosto.

Hay que ser infiel, pero nunca desleal.

La diabetes es demasiado lenta para acabar con los ricos.

-La ilusión no se come -dijo ella -No se come, pero alimenta -replicó el coronel.

La ingratitud humana no tiene límites.

La palabra mestizaje significa mezclar las lágrimas con la sangre que corre. ¿Qué puede esperarse de semejante brebaje?.

La sabiduría nos llega cuando ya no nos sirve de nada.

La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir.

Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no.

Lo peor de la mala situación es que lo obliga a uno a decir mentiras.

La pobreza es el mejor remedio para la diabetes.

Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.

Lo único que llega con seguridad es la muerte.

Me desconcierta tanto pensar que Dios existe, como que no existe.

Nada en este mundo debe ser más tremendo que los escombros de un hombre.

Ningún lugar en la vida es más triste que una cama vacía.

No, el éxito no se lo deseo a nadie. Le sucede a uno lo que a los alpinistas, que se matan por llegar a la cumbre y cuando llegan, ¿qué hacen? bajar, o tratar de bajar discretamente, con la mayor dignidad posible.

No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad.

Para los europeos América del Sur es un hombre de bigotes, con una guitarra y con un revólver.

La vida es la cosa mejor que se ha inventado.

-No sea ingenuo coronel -dijo el médico -Ya nosotros estamos muy grandes para esperar al Mesías.

No se sentía mejor, por supuesto, pero tampoco peor.

Nunca releo mis libros, porque me da miedo.

…y tragó una saliva espesa y salada de lágrimas…

Así se reanudó una amistad prohibida que por lo menos una vez se pareció al amor

El amor es un sentimiento contranatural que une a dos desconocidos en una relación mezquina e insalubre, cuanto más intensa, tanto más efímera.

Ella le preguntó por esos días si era verdad, como decían las canciones, que el amor lo podía todo. Es verdad, le contestó él, pero harás bien en no creerlo.

Para los europeos América del Sur es un hombre de bigotes, con una guitarra y con un revólver.

Si alguna vez escribiera esto, nadie me lo creería.

Siempre habrá gente que te lastime, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando, y solo ser más cuidadoso en quién confías dos veces.

Tratándose de un presidente, las peores ignominias pueden ser las dos cosas al mismo tiempo: verdad y mentira.

Tengo miedo de tener miedo.

Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra.

Yo sí creo que Dios existe —dijo el presidente—, pero que no tiene nada que ver con los seres humanos. Anda en cosas mucho más grandes.

Últimas palabras del doctor Juvenal Urbino, quien deja a la muerte aguardando, hasta ver al motivo de su último aliento y le dice: …Sólo Dios sabe cuánto te quise.

Cien años de soledad no es más que un vallenato de 350 páginas.

La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.

No le dijo a nadie que se iba, no se despidió de nadie, con el hermetismo férreo con que sólo le reveló a la madre el secreto de su pasión reprimida, pero a la víspera del viaje cometió a conciencia una locura última del corazón que bien pudo costarle la vida. Se puso a la medianoche su traje de domingo, y tocó a solas bajo el balcón de Fermina Daza el valse de amor que había compuesto para ella, que sólo ellos dos conocían y que fue durante tres años el emblema de su complicidad contrariada. Lo tocó murmurando la letra, con el violín bañado en lágrimas, y con una inspiración tan intensa que a los primeros compases empezaron a ladrar los perros de la calle, y luego los de la ciudad, pero después se fueron callando poco a poco por el hechizo de la música, y el valse terminó con un silencio sobrenatural. El balcón no se abrió, ni nadie se asomó a la calle, ni siquiera el sereno que casi siempre acudía con su candil tratando de medrar con las migajas de las serenatas. El acto fue un conjuro de alivio para Florentino Ariza, pues cuando guardó el violín en el estuche y se alejó por las calles muertas sin mirar hacia atrás, no sentía ya que se iba la mañana siguiente, sino que se había ido desde hacía muchos años con la disposición irrevocable de no volver jamás..

El corazón tiene más cuartos que un hotel de putas.

..los amputados sienten dolores, calambres, cosquillas, en la pierna que ya no tienen. Así se sentía ella sin él, sintiéndolo estar donde ya no estaba,

El problema de la vida pública es aprender a dominar el terror, el problema de la vida conyugal es aprender a dominar el tedio.

los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga otra vez y muchas veces a parirse a sí mismos.

…le enseñó lo único que tenía que aprender para el amor:que a la vida no la enseña nadie.

…le enseñó lo único que tenía que saber para el amor: que a la vida no la enseña nadie.

Sabía, más por escarmiento que por experiencia, que una felicidad tan fácil no podía durar mucho tiempo.

…era demasiado joven para aprender que la memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y que gracias a ese artificio logramos sobrellevar el pasado.

El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.

Desde ese momento, Florentino Ariza la vio con otros ojos. También para ella pasaban los años. Su naturaleza feraz se marchitaba sin gloria, su amor se demoraba en sollozos, y sus párpados empezaban a mostrar la sombra de las viejas amarguras. Era una flor de ayer.

Seis meses después del primer encuentro, se vieron por fin en el camarote de un buque fluvial que estaba en reparación de pintura en los muelles fluviales. Fue una tarde maravillosa. Olimpia Zuleta tenía un amor alegre, de palomera alborotada, y le gustaba permanecer desnuda por varias horas, en un reposo lento que tenía tanto amor como el amor. El camarote estaba desmantelado, pintado a medias, y el olor a trementina era bueno para llevárselo en el recuerdo de una tarde feliz.

Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor

No creo en Dios, pero le tengo miedo

…lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites.

«Fue ella quien arrasó con la virginidad de mi generación».

«Desde entonces quedaron vinculados por un afecto serio, pero sin el desorden del amor».

«Y padeció la certidumbre espantosa de que no volvería a dormir en el resto de su vida».

«Mucho después, en una época incierta en la que trataba de entender algo de mí mismo vendiendo enciclopedias y libros de medicina por los pueblos de Guajira […]».

Nunca hubo una muerte más anunciada.

Una pobre mujer consagrada al culto de sus defectos.

Fue como un soplo del espíritu santo.

También el amor se aprende.