La gran aventura de los animales del bosque
Había una vez un grupo de animales que vivían en un bosque muy bonito y tranquilo. Entre ellos había un conejo, una ardilla, un zorro, un oso y un ciervo. Todos eran amigos y se llevaban bien, pero también les gustaba competir y demostrar quién era el mejor.
Un día, decidieron organizar una carrera muy especial: tendrían que pasar por una serie de pruebas emocionantes y divertidas para ver quién era el más rápido y fuerte de todos. La carrera empezaría en el claro del bosque, donde se reunieron todos los participantes y el búho, que sería el juez.
– Bienvenidos a la gran aventura de los animales del bosque -dijo el búho con voz solemne-. Esta es la primera vez que se celebra una carrera tan extraordinaria. Estas son las reglas: habrá cinco pruebas diferentes y en cada una de ellas se otorgarán puntos según el orden de llegada. La primera prueba será una carrera a pie hasta el lago. La segunda prueba será un salto sobre el tronco caído. La tercera prueba será una natación por el lago hasta la isla. La cuarta prueba será una escalada por el árbol más alto de la isla. Y la quinta y última prueba será un descenso por la liana hasta la meta. El que consiga más puntos al final será el ganador. ¿Estáis listos?
Todos los animales asintieron con entusiasmo y se colocaron en la línea de salida.
– ¡Que comience la carrera! -gritó el búho.
El conejo fue el primero en salir disparado, seguido por el zorro y la ardilla. El oso y el ciervo iban más despacio, pero no se rendían. Pronto llegaron al lago, donde tenían que saltar sobre el tronco caído.
El conejo lo hizo con facilidad, gracias a sus largas patas. El zorro también lo logró con agilidad, pero la ardilla tuvo problemas para mantener el equilibrio y cayó al agua. El oso y el ciervo llegaron después y saltaron con fuerza, pero el tronco se hundió bajo su peso y también se mojaron.
El conejo fue el primero en llegar a la orilla del lago, donde tenía que nadar hasta la isla. El zorro lo siguió de cerca, pero no era muy bueno nadando y se cansó pronto. La ardilla se recuperó del susto y aprovechó su pequeño tamaño para deslizarse por el agua. El oso y el ciervo eran buenos nadadores, pero iban más lentos por su gran tamaño.
El conejo llegó el primero a la isla, donde tenía que escalar por el árbol más alto. El zorro lo alcanzó poco después, pero estaba agotado y no tenía fuerzas para subir. La ardilla lo adelantó con rapidez, pues era su especialidad. El oso y el ciervo llegaron los últimos a la isla, pero no se dieron por vencidos y empezaron a trepar por el árbol.
La ardilla fue la primera en llegar a la copa del árbol, donde tenía que descender por la liana hasta la meta. El conejo lo hizo poco después, pero tenía miedo a las alturas y bajó con cuidado. El zorro lo intentó, pero se resbaló y cayó al suelo. El oso y el ciervo siguieron subiendo por el árbol, pero no encontraron ninguna liana.
La ardilla fue la primera en cruzar la meta, seguida por el conejo. El zorro llegó cojeando, pero contento de haber terminado. El oso y el ciervo tuvieron que bajar por el mismo árbol y llegaron los últimos.
El búho anunció los resultados:
– ¡Tenemos un ganador! La ardilla ha conseguido 15 puntos, el conejo 12 puntos, el zorro 9 puntos, el oso 6 puntos y el ciervo 3 puntos. ¡Felicidades a la ardilla por su gran victoria!
Todos los animales aplaudieron a la ardilla, que estaba muy feliz y orgullosa.
– Gracias, gracias -dijo la ardilla-. Ha sido una carrera muy divertida y emocionante. Me lo he pasado muy bien.
– Y yo también -dijo el conejo-. Has sido una digna rival. Eres muy rápida y ágil.
– Gracias, conejo -dijo la ardilla-. Tú también has sido muy bueno. Eres el más veloz de todos.
– Yo no tanto -dijo el zorro-. Pero me ha gustado participar. He aprendido muchas cosas nuevas.
– Yo también -dijo el oso-. Ha sido una buena experiencia. He conocido mejor a mis amigos.
– Yo también -dijo el ciervo-. Ha sido una gran aventura. He disfrutado de la naturaleza.
– Me alegro de que os haya gustado -dijo el búho-. Habéis demostrado mucho valor y esfuerzo. Todos sois unos campeones.
– Gracias, búho -dijeron los animales-. Eres un buen juez y un buen amigo.
– De nada, amigos -dijo el búho-. Ahora os invito a un banquete para celebrar la carrera. Hay frutas, nueces, miel y hierba fresca. ¡Que aproveche!
Los animales se dirigieron al banquete, donde compartieron la comida y las risas. Se felicitaron unos a otros por su desempeño y se contaron sus anécdotas de la carrera. Se dieron cuenta de que cada uno tenía sus fortalezas y debilidades, pero que todos eran im