Todos los ángeles del Infierno (Miriam Mosquera)

Todos los ángeles del Infierno (Miriam Mosquera)


Sevilla, 20 años después de la caída del Cielo

En un mundo oscuro en el que los demonios vencieron a los ángeles y en que los escasos supervivientes humanos viven aterrados y sometidos, los demonios campan a sus anchas por Andalucía para defender un oscuro secreto que Luzbel, el rey de los demonios, escondió en la Alhambra.

Carmen y su familia, sin embargo, también esconden un secreto: poseen unos dones llamados gracias, que les permiten luchar de forma encubierta contra los demonios. ¿Han sido sus dones un regalo de los ángeles? ¿Pretendían estos, antes de morir, convertirlos en armas para luchar contra los demonios? ¿Podrá usar Carmen sus gracias para vengarse de Yud, el Escamillo, el demonio que le arrebató la vida a sus padres?

A estas y a otras preguntas tendrán que responder mientras luchan contra unos soldados del Infierno que les castigan por unos crímenes que no han cometido. Con la ayuda de un demonio arrepentido por el que se siente inmediatamente atraída, Carmen tendrá que salvar a su familia y sacar a la luz el misterioso secreto que esconde la Alhambra.

Reseña de todos los ángeles del infierno

«Todos los ángeles del infierno» (Miriam Mosquera) es una novela que irradia originalidad y frescura en el saturado género de la fantasía. Ambientada en la otrora soleada Andalucía, España, esta historia nos sumerge en un mundo donde humanos y demonios caminan entre las calles empedradas y los olivares, lejos de los típicos escenarios oscuros y góticos a los que estamos acostumbrados, bajo la sombra de los extintos ángeles.

Los personajes son muy cercanos, la ambientación de las taifas de Sevilla, Córdoba y Granada, ciudades muy conocidas en España y en el mundo entero, le dota a la novela de una frescura que me ha hecho devorarla.

Me ha gustado cómo la narración va descubriendo poco a poco ese mundo oscuro dominado por demonios y qué ha pasado con el Cielo, el Creador y los Ángeles.

Los matadores, o demonios mayores, son únicos cada uno, y tienen pocas reminiscencias de su antigua divinidad angelical.

El soldado «dragón» Aleph, es una contradicción en sí misma que te tendrá intrigado hasta el final de la novela.

Si bien las escenas subidas de tono son pocas (2 concretamente), estarán narradas sin la chabacanada de otros compañeros de género, y será todo muy elegante y sensual.

Carmen, sin duda, es la auténtica protagonista de la novela. Podremos ver cómo evoluciona, y pese a ser siempre un tanto impulsiva y testadura, algo ocurrirá que hará que rompa un poco el cascarón protector que ella misma se ha construido para protegerse emocionalmente.

Solo comentar que el final ha sido, a mi gusto, demasiado cortante e inconcluso, no cumpliendo con las expectativas argumentales que se trazaban directamente desde el prólogo. Eso sí, es una buena puerta para una indispensable continuación