11,4 sueños luz (Nicholas Avedon)

11,4 sueños luz (Nicholas Avedon)


En el París del siglo XXIII donde todo está en venta, las emociones puras son de gran valor para aquellos que no pueden vivirlas. Ariel de Santos es un creador de sueños vívidos, uno de los pocos artistas capaces de modelar las emociones para seducir e inspirar a un mundo que se ha olvidado de soñar.

Junto a Joanne, su musa y amante, irán desenterrando oscuros secretos de su pasado, en una lucha contrarreloj para participar en la empresa humana más ambiciosa de la historia: un viaje sin regreso hacia un destino en las estrellas.

Reseña de 11,4 sueños luz

Nos encontramos ante una novela con enriquecido worldbuilding y un contexto oscuro que las tendencias actuales narrativas calificarían como distópico. Con una Unión Europea dividida, la megalópolis de París se ubica en los Estados Europeos del Norte con millones de habitantes y una clara división de clases sociales.

Esta división prepara el escenario para la relación de personajes de varias clases. Y son precisamente los personajes lo que mejor funciona en la novela. Nicholas Avedon ha hecho un claro esfuerzo por centrarse en los mismos, y el protagonista, Ariel de Santos, es el rey.

Ariel de Santos no es ningún superhéroe, aunque sí un gran reputado artista. El personaje funciona muy bien con su pasado oscuro y misterioso y su epopeya hasta llegar a lo más alto en París (literalmente lo de llegar a lo más alto). Su trabajo como reputado artista de «sueños vívidos» quizás sea un poco opaco y al menos yo no he conseguido terminar de entender en qué consisten estas creaciones. No obstante, otros de sus trabajos más avanzada la novela (no hay spoilers), las «neuroréplicas», sí que quedan bien explicados y sobre todo la temática de su grabación, con tintes eróticos en su prosa y pornográficos en su realidad.

El trank, la drogra universal, si bien no se trata mucho su origen o en qué consiste, sí que sirve a título de sus efectos y cómo afecta algunos personajes.

11,4 sueños luz - Booktrailer

El proyecto Veluss es lo que más me ha gustado en la novela. Sus pruebas, más psicológicas que físicas se han distanciados de las de los juegos del hambre, así como su destino, que más que la supervivencia es la selección de pioneros y pioneras que se embarcarán en una nave generacional con destino a 11,4 años luz (de ahí el título de la novela) a un presunto exoplaneta habitable en el sistema estelar Procyon (aka Proción, Alfa Canis Minoris / α CMi / 10 Canis Minoris).

El personaje de «Laura» es uno de los misteriosos y al final del libro descubriremos por qué. Conocido el misterio, que creo se podría haber jugado más con este personaje y haberle dado un aire mayor de misterio y sus motivos para relacionarse con todos los personajes, especialmente con el de Carlos, quien dicho sea de paso resulta hasta cierto punto irrelevante cuando en realidad tiene una presunta importancia mayor de lo esperado.

Concluyo que es un libro muy entretenido que sabe tratar muy bien a los personajes y que te hará disfrutar. A mí desde luego que el autor me ha enganchado y estoy deseando comprar y leer su continuación. Enhorabuena a Nicholas Avedon por su trabajo y sobre todo por haber auto-editado esta novela. Libro recomendado.

» Ficha en Good Reads de 11,4 años luz.